SARAMANDAIA – 1ª VERSÃO (1976)





Los habitantes del ficticio pueblo de Bole-Bole están movilizados en torno a un plebiscito para el cambio del nombre de la ciudad a Saramandaia. Dos facciones promueven una intensa campaña. El coronel Zico Rosado (Castro Gonzaga) encabeza a los "tradicionalistas", utilizando justificaciones históricas para la conservación del nombre original. Los "mudancistas", liderados por el coronel Tenorio Tavares (Sebastião Vasconcelos), tienen el apoyo del concejal João Gibão (Juca de Oliveira), autor del proyecto: ellos alegan vergüenza del nombre Bole-Bole, relacionado a un episodio ocurrido con D. Pedro II en la ciudad.


Inspirado en el realismo fantástico, Dias Gomes presento un panel de personajes exóticos para, por medio de la ficción, abordar temas políticos, culturales y socio-económicos, transformando la ciudad ficticia de la novela en un microcosmo de Brasil. El coronel Zico Rosado pone hormigas por la nariz; Dona Redonda (Wilza Carla) explota de tanto comer; la sensual Marcina (Sônia Braga) provoca quemaduras con el calor del cuerpo; el profesor Aristóbulo Camargo (Ary Fontoura) se transforma en hombre lobo en las noches del jueves.  Además, bajo la aparente joroba, el pacato João Gibão esconde un par de alas.

En el primer capítulo de la novela, durante una discusión sobre el cambio del nombre de la ciudad, Seu Cazuza (Rafael de Carvalho) se pone tan rojo que el corazón le llega a la boca. Él consigue tragarlo de vuelta, pero es dado como muerto - el pueblo cree que él no lo tragó completo. Como era contrario a la sustitución del nombre Bole-Bole, los tradicionalistas luego pasan a considerarlo como el primer mártir de su causa, diciendo que murió de "indignación cardíaca". El difunto, sin embargo, vuelve a la vida durante su cortejo fúnebre.


Intereses políticos y económicos están detrás de la discusión sobre el cambio del nombre de la ciudad. El coronel Tenorio Tavares defiende el canje, pues pretende lanzar en el mercado la cachaza Saramandaia, nombre que se dio el trabajo de registrar antes incluso de la realización del referéndum. La bebida será competidora de la cachaza Bole-Bole, producida por su enemigo, Zico Rosado, defensor férreo del mantenimiento del nombre de la ciudad.
La pelea, extensiva a los partidarios de uno y otro, refleja la disputa política entre los dos coroneles, que actúan a través de medios lícitos e ilícitos para mantenerse en el poder. En el capítulo 13, se ven los votos del plebiscito, que dan la victoria al nombre Saramandaia, en una disputa apretada.Los tradicionalistas intentan impedir el cambio, y piden al profesor Aristóbulo que entre con una orden de seguridad para anular el plebiscito pero, algunos meses después, el resultado es homologado.


Como se suceden varios acontecimientos trágicos -la explosión de Doña Redonda, una sequía interminable y la muerte del hijo del alcalde-, el pueblo es inducido a atribuir el azar al cambio del nombre de la ciudad, llevando a Zico Rosado a aprovecharse de la fe popular para intentar hacer que Saramandaia vuelva a ser Bole-Bole. Pero el nuevo nombre se mantiene.





João Gibão (Juca de Oliveira) y Marcina (Sônia Braga) están enamorados, pero él la evita para no revelar que tiene alas, dejándola creer que no es amada. La joven también tiene sus rarezas: vuelta y media es acometida por una fiebre muy alta que la deja con el cuerpo en brasas, no siendo raro que le provoque quemaduras a quien la toca. Hasta sus sábanas tienen la marca del calor.

El Dr. Rochinha (José Augusto Branco) le receta el matrimonio como cura. Ante la frialdad de João, que evita una mayor aproximación para que ella no descubra sus alas, Marcina pasa a provocarle celos. Los dos terminan el noviazgo, y ella se acerca al delegado Petronillo (Carlos Gregório).


Sus padres pronto quieren verla casada con el chico que, sin embargo, no está dispuesto a romper su voto de castidad. No soportando estar lejos de su amada João Gibão (Juca de Oliveira) la pide en matrimonio y el padre de la novia, Seu Cazuza (Rafael de Carvalho), aun siendo un "tradicionalista", acaba aceptando. Es sólo en la luna de miel que Marcina descubre el secreto de João, y acaba revelando el descubrimiento a su madre, María Aparadeira (Eloísa Mafalda).



Durante una discusión con el yerno, que cuestiona la veracidad del supuesto milagro ocurrido con la imagen de Santo Onofre, la beata María Aparadeira le cuenta a toda la ciudad que João tiene alas. Luego Saramandaia es invadida por periodistas y científicos, y el comercio se beneficia con la historia.


João Gibão se convierte en blanco de la curiosidad mundial y es llamado a declarar, en un interrogatorio comandado por Homão (Carlos Eduardo Dolabella), falso agente del gobierno, que lo convence de colaborar con el recuento de la verdad. Una clara referencia de Dias Gomes a los métodos aplicados en la dictadura y la represión impuesta por el gobierno militar. "Usted sabía que tener alas es muy peligroso. Porque no es normal. No es común, no está dentro de las normas, se aleja del estándar establecido. Un hombre, como nosotros entendemos que debe ser un hombre respetable, un ejemplo de ciudadano, no tiene alas.


Cansado de tanta perturbación, João se esconde en su tienda. Carlito (Milton Moraes) arma una emboscada e invade el local con sus capangas. (Alciro Cunha) dispara a João y, en su defensa, el concejal también dispara, acertando a Carlito, que queda gravemente herido. El Dr. Rochinha (José Augusto Branco) salva su vida. João es arrestado, para  la desesperación de Marcina, que está embarazada. A continuación, tiene su mandato en la Cámara y es destituido. Los concejales argumentan que ni el reglamento interno ni la ley electoral prevén un concejal con alas, y que eso puede ser cosa del demonio. Los acontecimientos favorecen a Zico Rosado (Castro Gonzaga), que llega a encabezar una marcha contra João y trata de cambiar de nuevo el nombre de la ciudad a Bole-Bole.

Con la ayuda de Marcina, Leocádia (Lídia Costa) y Zélia (Yoná Magalhães), João Gibão consigue huir de la comisaría y esconderse en un lugar alejado. Él y Marcina planean dejar la ciudad, pero Carlito descubre el escondite y manda a los jagunços a armar un cerco contra el ex concejal. João, que hace tiempo no escondía más las alas, decide volar. Comienza a llover en Saramandaia, después de meses de sequía. El vuelo de João Gibão al final de la historia fue la forma encontrada por el autor para hablar de libertad en medio de la represión del régimen militar brasileño.


Los jóvenes Dirceu (Pedro Paulo Rangel) y Dulce (Teresa Cristina Arnaud) se enamoran, pero pertenecen a familias rivales y, por lo tanto, se les impide vivir su amor. El es hijo del coronel Tenorio Tavares (Sebastião Vasconcelos), y ella es nieta del coronel Zico Rosado (Castro Gonzaga), dos enemigos mortales. Uno acusa al otro de haber matado a miembros de sus familias. Zico Rosado alardea que Tenorio Tavares fue el que dio la orden de muerte para su hijo Zé Mário, pero el coronel afirma que fueron los propios jagunços de Rosado que, por accidente, mataron al muchacho: la orden era matar a Risoleta (Dina Sfat), novia de el. A pesar de la discordia familiar, Dirceu y Dulce deciden quedarse juntos.



La niña ignora que es hija de Risoleta y de Zé Mário, y que fue apartada de su madre aún pequeña, para vivir con los abuelos. Zico Rosado llegó a dar dinero a Risoleta para que ella se fuera. Cuando ésta regresa y decide permanecer en la ciudad, el coronel amenaza con cerrar su pensión. Pero ella también lo amenaza, con la información de que fueron sus capangas los que mataron a Zé Mário.

Dulce y Dirceu intentan huir juntos, pero el plan es descubierto, y Zico Rosado manda dar una paliza al chico, lo que acentúa la pelea entre las dos familias. Al final de la trama, sin embargo, la pareja logra huir. Con miedo de que se repita con su hija la tragedia ocurrida con ella y Zé Mário en el pasado, Risoleta revela a la familia de Rosado la verdad sobre la muerte del padre de Dulce. Dirceu y Dulce vuelven a la ciudad para el velorio del abuelo de ella, y la joven reconoce a Risoleta como su madre.



Después de casi 15 anos de relación, Lua Vianna (Antonio Fagundes) – hermano de João Gibão (Juca de Oliveira) – y de Zélia Tavares (Yoná Magalhães) fijan su casamiento, pues la novia está embarazada. La pareja tiene un hijo, que nace con alas. Sin tener que ocultar la verdad, el alcalde dice que su hijo es un ángel.

El hecho inusitado atrae la atención de la población y de todo Brasil, y un equipo de reportaje de TV Globo llega a la ciudad para hacer una documental sobre el niño, para ser exhibido en el Diario Nacional: "Saramandaia, una pequeña ciudad nordestina, que hasta hace poco tiempo se llamaba Bole-Bole, es hoy blanco de la curiosidad del mundo entero. Y esto porque, en esa ciudad, la esposa del alcalde acaba de dar a luz a un niño con alas. El hecho está agitando los medios científicos que buscan una explicación para el extraño fenónemo.

Lua y Zélia buscan especialistas para examinar al bebé, pero nadie llega a una conclusión. Ambos desconocen que João Gibão (Juca de Oliveira) también nació con alas y que, por lo tanto, las alitas del niño son fruto de una herencia genética. Días Gomes también utiliza la subtrama para discutir los preceptos religiosos que atentan contra la vida.
En el desarrollo de la historia, el niño, muy enfermo por una grave ictericia, necesita ser sometido a una transfusión de sangre, pero acaba muriendo por la creencia del padre: siguiendo las reglas de su religión, Lua no acepta la transfusión. La pareja decide tratar al niño con baño y té de picón, como la propia madre de Lua trató la de él y la de João, que presentaron la misma enfermedad cuando nacieron. Pero el tratamiento no da resultado, y Zélia intenta desesperadamente convencer al marido de cambiar de idea, pero es en vano.

Cuando Lua da la autorización para el procedimiento, ya es demasiado tarde. El alcalde viaja con el hijo y el Dr. Rochinha (José Augusto Branco) a Recife, la transfusión se hace, pero el niño no la resiste. El niño es bautizado con el nombre de Gabriel antes de morir, una alusión al ángel. Desconsolada, Zélia deja al marido, que es visto como culpable ante los ojos del pueblo.

Tiempo después, ella lo perdona y los dos reaccionan. La historia de Risoleta con Aristóbulo Camargo (Ary Fontoura) es una de las llamas de la novela. En vez de sentir miedo del profesor, del que todos piensan que se convierte en lobo, la dueña de la pensión se siente atraída por él y no descansa hasta descubrir la verdad. Por varias veces, en noches de luna llena, intenta retenerlo en su pensión hasta después de la medianoche, pero el profesor siempre encuentra una manera de escabullirse.




Hasta que la propia Doña Pupu (Elza Gomes), madre de él, lo revela todo. Risoleta tanto hace que conquista Aristóbulo. En los capítulos finales, pasa una noche de luna llena con ella y al día siguiente duerme profundamente. El profesor no dormía hace casi diez años.


Dona Redonda (Wilza Carla) y Seu Encolheu (Wellington Botelho) forman una de las parejas exóticas de la ciudad. Él prevee el tiempo con un simple dolor en los huesos, ella no para de comer. Engorda tanto que, un día, literalmente explota. Tiempo después de su explosión, nace una rosa roja en el agujero abierto en la plaza central.

La flor, que llega a quedar del tamaño de un paraguas, exhala un olor fuerte y nauseabundo - según el pueblo, la grasa de Doña Redonda sirve como fertilizante -, haciendo que los moradores quieran destruirla. El pueblo no aguanta más el olor, lo que obliga a los comerciantes cercanos a cerrar las puertas y acaba con la feria libre que existía en el lugar.

El único en no querer deshacerse de la flor es Seu Encolheu, nostálgico por su esposa. Para evitar que ella sea arrancada, él pasa haciendo vigilia en la plaza, armado. La flor, sin embargo, es destruida en el momento en que, convencido por el Padre Romeo (Francisco Dantas) a ir a su encuentro en la iglesia, Seu Encolheu la deja bajo los cuidados del alcalde Lua (Antonio Fagundes).


Él no percibe la aproximación de un grupo de feriantes y vaqueros, quienes le dan fin a la planta. Después que Dona Bitela (Wilza Carla), hermana de Doña Redonda, llega a la ciudad, y empieza a engordar mucho. Seu Encolheu se apasiona por la cuñada y los dos se comprometen en matrimonio.


La hija de Zico Rosado (Castro Gonzaga) desistió de casarse con el Dr. Rochinha (José Augusto Branco), una semana antes del matrimonio, para ir detrás de Carlito Prata (Milton Moraes), en la época que era un hombre casado. Dalva creía que él dejaría a la mujer para quedarse con ella, lo que no sucedió. Ausente de la ciudad por casi seis años, ella regresa a la casa de sus padres y pasa a encontrarse a escondidas con Carlito, ahora un hombre separado. La joven no se resiste a la fuerte atracción que siente por él, pero titubea cuando le pide matrimonio, temiendo sufrir nuevamente.



El autor aprovechó la trama para discutir la separación. Dalva y Carlito van a la iglesia para marcar la fecha de la boda, pero el sacerdote dice que no será simple, porque el novio es separado. Para casarse con Dalva, Carlito tiene que probar que nunca se casó en la iglesia, proveer muchos certificados y contar con el testimonio de la ex mujer, Emilia (María Helena Velasco), además de esperar una autorización del Cardenal.

En el momento en que se autoriza el matrimonio, Carlito intenta posponer el enlace: él está tratando de seducir a Zélia (Yoná Magalhães) - a esa altura separada de Lua (Antonio Fagundes) - y así acercarse al coronel Tenorio (Sebastião) Vasconcelos). Al descubrir sus intenciones, Dalva revela a todos que fue él quien fabricó el falso milagro que venía atrayendo tantos turistas a la ciudad. Antes del plebiscito para el cambio del nombre de Bole-Bole a Saramandaia, con el fin de impedir la aprobación del cambio, él había hecho que la imagen de Santo Onofre vertiese sangre humana por los ojos, y había usado un walkie-talkie para simular una voz del más allá.



Cerca del final de la novela, Dalva y Carlito se casan y terminan juntos. El Dr. Rochinha llega a involucrarse con Dora (Natália do Vale), una de las camareras de la pensión de Risoleta (Dina Sfat). La joven pasa a cuidar de él, pero el médico deja Saramandaia para trabajar en Recife.



La situación del coronel Zico Rosado (Castro Gonzaga) es cada vez más espeluznante: no para de botar hormigas por la nariz. Un ingeniero es llamado para evaluar el estado de su casa, cuyas paredes están llenas de grietas, y confirma que la construcción corre el riesgo de caer, pues las hormigas cavaron túneles en el piso, debilitando los cimientos. Carlito (Milton Moraes), Dalva (Ana Maria Nascimento) y Santinha (Ana Ariel) deciden dejar la casa, pero Rosado no quiere abandonarla, ya que es una herencia de familia. Al final de la novela, la casa se desmorona y el coronel es tragado por un enorme agujero, desapareciendo en los escombros.




Saramandaia trata de asuntos como derechos laborales y abuso de poder. A lo largo de la trama, el concejal João Gibão (Juca de Oliveira) denuncia la falta de asistencia médica y social para los trabajadores de la planta de Zico Rosado (Castro Gonzaga). El tema del control de la natalidad también es abordado en la novela, por medio del Maestro Cursino (Brandão Filho), que tiene seis hijas y teme que su mujer se vuelva a embarazar y de a luz a un niño.


Según la leyenda local, un hijo varón, después de una serie de seis hijas, se convierte en hombre lobo. Es lo que sucedió con el profesor Aristóbulo Camargo (Ary Fontoura): antes de él, Doña Pupu (Elza Gomes) tuvo seis niñas. Seu Cazuza (Rafael de Carvalho), el farmacéutico, receta píldoras anticonceptivas para la esposa del maestro, pero ella se niega a tomarlas, alegando que van contra su religión. El padre Romeo (Francisco Dantas) apoya a la mujer, diciendo que nadie tiene el derecho de evitar el nacimiento de un niño. Por fin, Doña Fifi queda embarazada de nuevo, y todo indica que será un niño.



Homão (Carlos Eduardo Dolabella) y Perivaldo (Augusto Olímpio) llegan a Saramandaia presentandose como agentes de gobierno, pero no pasan de golpistas, enviados por la polícia de Río de Janeiro. Ellos se dedican a investigar la vida de todos y diciendo que preparan un informe con la información. Por debajo de la mesa, sobornan a los involucrados a cambio de dinero. Después que la farsa es descubierta, la pareja consigue huir de la ciudad.



Elenco:

JOÃO GIBÃO (Juca de Oliveira) – Nacido Joao Evangelista, es hijo de Doña Leocádia (Lídia Costa) y hermano de Lua Vianna (Antonio Fagundes). Su apodo viene del hábito de cubrirse con un gibón para ocultar un pequeño defecto en la espalda. Como quien carga el peso del mundo, es un hombre solitario, reservado, retraído. De inteligencia y sensibilidad agudas, posee dotes paranormales, como la premonición. Esto lo angustia, pues no puede influir para modificar el rumbo de la vida.
Es concejal y autor del proyecto para el cambio del nombre de la ciudad. Saramandaia fue un nombre sugerido a Gibao en un sueño. A pesar de la actividad política, se dedica a cuidar pájaros - tiene una tienda de aves - y al amor de Marcina (Sônia Braga), que data desde hace varios años, sin nunca decidirse a casarse. Más tarde, se descubre que el chaleco de cuero encubre un par de alas.

LUA VIANNA (Antonio Fagundes) – Hijo de Dona Leocádia (Lídia Costa), hermano de João Gibão (Juca de Oliveira). El apodo surgió del nombre Luiz. A diferencia del hermano, es un hombre bien humorado, figura popular y muy querido en la ciudad, donde es el actual prefecto, elegido por encima de las disputas partidistas y de las luchas entre familias. De fuerte personalidad, procura mantenerse independiente políticamente, aunque sea novio de Zélia (Yoná Magalhães), hija del coronel Tenorio Tavares (Sebastião Vasconcelos), uno de los líderes cambiantes. Su lema es administrar sin partidos y, por eso, está siempre bien con todos.



ZÉLIA TAVARES (Yoná Magalhães) – Hija del coronel Tenorio (Sebastião Vasconcelos), hermana de Dirceu (Pedro Paulo Rangel) y de Nato (Jorge Gomes). Tiene en las venas la sangre caliente de los Tavares. Formada en veterinaria por voluntad paterna, aplica su curso en el cuidado de los animales de la hacienda Tavares. Es relajada, impetuosa, y solamente Lua Vianna (Antonio Fagundes), su novio, logra calmarla. Su comportamiento agrieta un poco las costumbres de la ciudad, pero Tenorio tiene locura por la hija y, aun discrepando de sus decisiones, acaba haciendo su voluntad. De personalidad fuerte, es una de las líderes en la campaña por el cambio del nombre de Bole-Bole, actividad que ejerce con idealismo y pasión.





DONA LEOCÁDIA (Lídia Costa) – Mujer sencilla, madre de João Gibão (Juca de Oliveira) y Lua Vianna (Antonio Fagundes). Dedicada a los hijos, principalmente a Gibão, que la preocupa. Viuda, conformada con la suerte, orienta a Gibão a seguir ese principio. Es la única que sabe que João nació con alas y le ayuda a mantener el secreto.

ARISTÓBULO CAMARGO (Ary Fontoura) – Profesor portugués del gimnasio, presidente del centro Municipal Bolebolense. Colector de impuestos y orador oficial de todos los comicios en pro del mantenimiento del nombre de la ciudad, así como de las solemnidades cívicas. Sufre de insomnio crónico, no durmiendo hace casi diez años, lo que lo hace deambular por la noche en la ciudad, a la cata de un velorio o cualquier pasatiempo. Es el primer hijo nacido después de una serie de seis hermanas, y su palidez es mortal. Es en eso que se alimenta la leyenda de que él se transforma en hombre lobo en las noches de jueves a viernes. Hijo de Doña Pupu (Elza Gomes).



EPONINA CAMARGO, DONA PUPU (Elza Gomes) – Madre del profesor Aristóbulo (Ary Fontoura), viejita simpática y afable que guarda en casa la cabeza momificada del marido muerto. Llama a su hijo “Neném”. Raramente sale de casa, desde que su marido fue torturado por remanescentes del bando de Corisco. Desde ese dia, teme un nuevo ataque, incluso después de que los cangaceiros dejaron de existir. Belisario, padre del profesor Aristóbulo (Ary Fontoura), era un señor de Ingenio, donde Lampião y Corisco fueron azotados. Una vez, después de azotar al cangaceiro Trovoada, decidió entregárselo a la policía junto con su banda. Pero Trovoada huyó y, para vengarse, cortó su cabeza.

CORONEL ZICO ROSADO (Castro Gonzaga) - Descendiente de los fundadores de la ciudad, hecho del que mucho se enorgullece. Por eso, aparte otras razones, ve el intento de cambiar el nombre de Bole-Bole como una falta de respeto a sus antepasados. Dueno de la mayor planta de azúcar de la región, tiene todavía la mentalidad de los antiguos señores de ingenio, exigiendo sumisión y respeto a sus voluntades, como si fueran leyes.

Como herencia de familia, mantiene una riña con los Tavares, lo que en el pasado reciente significó muertes de ambos lados. Sufre de un hormigueo nasal y, para aliviar la picazón, lleva un pañuelo rojo en el cuello y lo frota permanentemente en la nariz. Las hormigas que salen de sus fosas nasales, tal vez, sean consecuencia de los años de contacto con el azúcar. Cuando Zico Rosado se enerva, se asan, aumentando la picazón. Casado con doña Santinha (Ana Ariel), es el padre de Dalva (Ana Maria Magalhães) y abuelo de Dulce (Tereza Cristina Arnaud).




DONA SANTINHA (Ana Ariel) – Esposa de Zico Rosado (Castro Gonzaga), madre de Dalva (Ana Maria Magalhães) y abuelo de Dulce (Tereza Cristina Arnaud). Tiene la postura de una dama de revista. Pero es mas humana que el marido, especialmente en relación a su hija. Incapaz de desobedecer a Zico Rosado, a veces consigue doblegarlo con un gesto especial y mucha paciencia.



DALVA (Ana Maria Magalhães) - Hija de Dona Santinha (Ana Ariel) y del coronel Zico Rosado (Castro Gonzaga). Hace diez años, intentó liberarse partiendo hacia Río de Janeiro al encuentro de Carlito Plata (Milton Moraes), amor que la hizo romper el compromiso con el Dr. Rochinha (José Augusto Branco) en las vísperas del matrimonio. Se decepcionó al saberlo casado y se quedó sola en Río, ganándose la vida como podía. Después de esos malos momentos, enferma y cansada, volvió a su ciudad, siendo recibida con el apoyo de la madre y la total indiferencia del padre, que considera a su hija muerta. Para él, Dalva es como un fantasma que no merece atención.


DR. ROCHINHA (José Augusto Branco) – Antonio es su primer nombre. Es el único huésped fijo de la pensión de Risoleta (Dina Sfat). Bebe para espantar la amargura de haber sido abandonado por la novia, Dalva (Ana Maria Magalhães), en las vísperas del matrimonio, y también por una frustración profesional. Médico formado en la capital, su carrera se redujo a una actividad inútil y limitada. Tiene su consultorio en la farmacia de Seu Cazuza (Rafael de Carvalho). Y es adepto de los saramandistas.





CARLITO PRATA (Milton Moraes) – Hombre de la más alta confianza de Zico Rosado (Castro Gonzaga), su ahijado, mejor amigo, servidor leal y socio en la explotación de la cachaza Bole-Bole. Simpático, envolvente, inmoral, equilibra la violencia del patrón con sus artimañas. Prefiere métodos más modernos y golpes de astucia que la violencia abierta y no siempre eficaz.




DULCE (Tereza Cristina Arnaud) – Nieta de Dona Santinha (Ana Ariel) y de Zico Rosado (Castro Gonzaga), es hija de José Mário Rosado, asesinado en un atentado al lado de su mujer, poco después del nacimiento de Dulce. Marcada por ese trauma, procura liberarse del pasado y tiene una visión del mundo totalmente opuesta a la del abuelo, no alimentando el odio por los Tavares, a quien responsabilizan por la matanza de sus padres. Mas tarde en la trama, se descubre que ella es hija de Risoleta (Dina Sfat).


TENÓRIO TAVARES (Sebastião Vasconcelos) –  Un liberal conservador, de mentalidad menos estrecha que la de Zico Rosado (Castro Gonzaga). Se esfuerza para ser más progresista-tal vez por influencia de los hijos-, aunque la formación de ambos sea básicamente la misma. Detesta a los Rosado tanto como es detestado por ellos. Viudo, padre de Dirceu (Pedro Paulo Rangel), Zélia (Yoná Magalhães) y Nato (Jorge Gomes), es un frecuente asiduo de la pension de Risoleta (Dina Sfat), a quien tiene como gran amiga y confidente. Hombre vigoroso, que participa activamente de la campaña por el cambio del nombre de la ciudad, la que involucra igualmente a toda la familia Tavares.




DIRCEU (Pedro Paulo Rangel) – Hijo más joven de Tenorio Tavares (Sebastião Vasconcelos), hermano de Nato (Jorge Gomes) y Zélia (Yoná Magalhães). Es el más inteligente de la familia y también el más susceptible. Su extrema sensibilidad, introspección y timidez llegan a dejar al padre en duda sobre su masculinidad, una vez que el muchacho, a los 21 años, sigue siendo virgen, pasando los días encerrado en la habitación, teniendo como compañía revistas que mantiene escondidas de la curiosidad ajena. Se enamora de Dulce (Teresa Cristina Arnaud), nieta de Zico Rosado (Castro Gonzaga), enemigo de su padre.


NATO TAVARES (Jorge Gomes) – Hijo de Tenorio Tavares (Sebastião Vasconcelos), hermano de Dirceu (Pedro Paulo Rangel) y Zélia (Yoná Magalhães). Es un coronel en formación. De inteligencia no muy brillante, no llegó a completar el Colegio. Le gusta la vida del campo, estando involucrado plenamente con las actividades de la fabrica, en una preparación para la futura sustitución de su padre en la administración de la hacienda. Participa de la política local, siendo adepto a los cambios. Se enamora de Bia (Marília Barbosa), también cambiante, hija de Dona Redonda (Wilza Carla) y de Seu Encolheu (Wellington Botelho), firmes conservadores.

VÓ CANDINHA (Maria Veloso) – señora con casi 90 anos, sorda y esclerótica. Habla sola, murmurando cosas incomprensibles. Es abuela de Tenório (Sebastião Vasconcelos).

RISOLETA (Dina Sfat) – Duena de uno de los únicos albergues de la ciudad, su establecimiento es considerado poco familiar. De voluntad fuerte y audaz, no se atemoriza con las campañas moralizadoras con que la amenazan, principalmente Zico Rosado (Castro Gonzaga). Tiene una pasión mórbida por el profesor Aristóbulo (Ary Fontoura), ansiando por verlo transformado en hombre lobo y amarlo así.



Suele colocar dentro de un vaso con goteo la imagen del patrono de la ciudad, Santo Onofre, llamado de santo pingüino porque bebe todo el contenido del vaso. Es madre de Dulce (Teresa Cristina Arnaud), que desconoce el parentesco, pues fue llevada aún pequeña para vivir con el abuelo paterno, Zico Rosado, que le dio dinero a Risoleta para que ella dejara la ciudad. Colecciona muñecas.


DONA REDONDA (Wilza Carla) – Mujer de Seu Encolheu (Wellington Botelho) y madre de Bia (Marília Barbosa). Engorda sin parar, desconociendo los peligros de la obesidad. La grasa no le da ninguna preocupación, y se encuentra bastante encantadora. Su apetito es descomunal, y nada le convence a reprimirlo.



SEU ENCOLHEU (Wellington Botelho)  – Secretario del alcalde (Antonio Fagundes), padre de Bia (Marília Barbosa) y marido de Doña Redonda (Wilza Carla). Puede hacer la previsión del tiempo de acuerdo con el dolor que siente en los huesos. Dependiendo de la costilla en que siente dolor, sabe decir hasta cuándo y cuánto va a llover. Tiene ese "poder" desde que cierto buey cebú fracturó todos sus huesos. Es la principal fuente para el boletín meteorológico de la ciudad.



BIA (Marília Barbosa)  –  Filha de Seu Encolheu (Wellington Botelho) e Dona Redonda (Wilza Carla). Ao contrário dos pais, é uma mudancista militante. Namora Nato Tavares (Jorge Gomes), o que não conta com a aprovação dos pais, pois eles não acreditam nas boas intenções do rapaz.




CAZUZA MOREIRA (Rafael de Carvalho) – Pai de Marcina (Sônia Braga) e marido de Maria Aparadeira (Eloísa Mafalda). Dono da farmácia, ponto de reunião da cidade, onde se discute política e todos os acontecimentos do cotidiano. Tradicionalista exaltado, toda vez que se emociona o coração ameaça sair pela boca. Isso não o poupa de uma discussão.



MARIA APARADEIRA (Eloísa Mafalda) – Mulher de Seu Cazuza (Rafael de Carvalho) e mãe de Marcina (Sônia Braga). É a parteira da cidade, já tendo auxiliado o nascimento de metade da população. Mulher de ação, muito ligada à igreja e a Padre Romeu (Francisco Dantas), sua religiosidade a coloca numa posição de liderança entre as beatas.
MARCINA MOREIRA (Sônia Braga) – Única filha de Seu Cazuza (Rafael de Carvalho) e Maria Aparadeira (Eloísa Mafalda), que choram o desgosto de vê-la noiva de Gibão (Juca de Oliveira) que, além de mudancista, é um esquisitão. Marcina não atenta a nada. Seu mundo se resume a Gibão e à fogueira que a consome e aumenta diante das recusas do noivo.
O ardor crescente a faz entrar em violentas crises, quando agride os pais e o mundo em volta. Não entende por que Gibão não a quer, se diz que a ama. Cazuza imagina que a filha está doente da cabeça e Dona Maria Aparadeira garante que só o demônio é capaz de transtornar tanto uma pessoa. E a coisa se agrava porque, além das crises, Marcina ainda se atreve a defender ideias mudancistas.




DORA (Natália do Vale) – Garçonete e arrumadeira da pensão de Risoleta (Dina Sfat). Assim como Rosalice (Maria Rita), é do interior e, depois de um mau passo, foi expulsa de casa. Risoleta a amparou como se fosse sua filha. Sonha em conhecer um coronel que lhe garanta o futuro.





ROSALICE (Maria Rita) – Com história semelhante a de Dora (Natália do Vale), também foi acolhida como filha por Risoleta (Dona Sfat), trabalhando como garçonete na pensão.


MAESTRO CURSINO DE AZEVEDO (Brandão Filho) – Barbeiro e regente da Filarmônica Bolebolense, banda partidária dos tradicionalistas, financiada pelo coronel Zico Rosado (Castro Gonzaga). Marido de Dona Fifi (Vanda Costa), é pai de seis filhas, o que o faz tremer diante da possibilidade de ela engravidar de novo e ter um filho homem. De acordo com a lenda, o filho homem que nascer depois de seis filhas mulheres será lobisomem. Por conta disso, maestro Cursino passa os meses controlando a mulher e lhe implorando para se valer de métodos anticonceptivos.







DONA FIFI (Vanda Costa) – Esposa de maestro Cursino (Brandão Filho) e mãe de seis filhas. Seu marido teme que ela engravide de novo e de um menino, pois, segundo a lenda, o filho homem que nascer depois de seis filhas mulheres será lobisomem. Dona Fifi, no entanto, extremamente religiosa, opõe-se ao menor pensamento de evitar os filhos destinados a vir ao mundo. O temor de ter um filho lobisomem é bem menor do que o temor a Deus.
MAESTRO TOTÓ DE ALMEIDA (Lajar Muzuris) – Regente da Lira Euterpiana, banda partidária dos mudancistas, apoiada por Tenório Tavares (Sebastião Vasconcelos), e que tem em João Gibão (Juca de Oliveira) um de seus mais preciosos solistas. Seu maior amigo e inimigo é o Maestro Cursino (Brandão Filho), seu sócio na barbearia da cidade, dividida em duas salas: Bole-Bole, onde os fregueses tradicionalistas são atendidos por Cursino, e Saramandaia, onde Totó atende aos mudancistas.
DELEGADO PETRONILHO PEIXOTO (Carlos Gregório) – Exemplo de honestidade, incorruptibilidade e eficiência profissional. Elegante, amável e delicado, trata os presos com extrema humanidade, atendendo a todas as reivindicações, deixando, inclusive, a porta da cadeia aberta (e jamais houve uma fuga). De princípios morais rígidos, sua religião não permite que fume, beba, vá a festas e ame. Fez voto de castidade e vive se confessando.
DAS DORES (Chica Xavier) – Antiga empregada e fiel servidora da família Rosado.
DONA BITELA (Wilza Carla) - Irmã de Dona Redonda (Wilza Carla), muito parecida com ela: a diferença são os cabelos pretos. Todos a confundem com a falecida.
EMÍLIA (Maria Helena Velasco) – Mulher de Carlito Prata (Milton Moraes), vive no Rio de Janeiro, já num processo de separação do casal. Volta a procurar por ele por não se conformar com a pensão estipulada pelo juiz. Recorre ao Tribunal de Justiça para conseguir a metade de tudo o que ele ganha.
PADRE ROMEU (Francisco Dantas) – Velho vigário, dono de todos os segredos da cidade. Figura respeitada e simpática. Procura não tomar partido nas lutas políticas e sua cautela se estende aos conceitos religiosos, principalmente em relação à qualificação de milagre.
HOMÃO (Carlos Eduardo Dolabella) – Homem misterioso, autoritário e temido, que chega repentinamente na cidade, demandando disciplina. Está sempre de capa e óculos escuros. Ninguém sabe o seu passado. Soturno, chega vindo de não-sei-onde, encontra a cidade em grande confusão e dela toma conta, passando a subornar diversos moradores. É um golpista, procurado pela polícia do Rio de Janeiro.
PERIVALDO (Augusto Olímpio) – Assistente de Homão (Carlos Eduardo Dolabella).
FIRMINO (Alciro Cunha) – Capataz e homem de confiança de Zico Rosado (Castro Gonzaga). É capaz de matar, se o mandarem, e de morrer para guardar um segredo.
BEATA MIÚDA (Auricéia de Araújo) – irmã do Maestro Totó (Lajar Muzuris). Dedica-se de corpo e alma à religião, sendo uma das beatas mais proeminentes da região, o que lhe vale, ao lado de Dona Maria Aparadeira (Eloísa Mafalda), a posição de líder nesse quesito.
MAESTRO RANUKPHO (Zé Preá) – amigo de Dr. Rochinha (José Augusto Branco) e do professor Aristóbulo (Ary Fontoura).
MONSENHOR DAGOBERTO (Ziembinski) – chega à cidade para investigar a história de João Gibão (Juca de Oliveira).
ZÉ VITORINO (Germano Filho) – líder da Câmara dos Vereadores.


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