SELVA DE PEDRA - 2a VERSIÓN (1986)





La venganza y la ambición de Selva de piedra, basada en la novela de Janete Clair, realizada por TV Globo en 1972, se versiono nuevamente en 1986. Cristiano Vilhena (Tony Ramos) es un hombre ambicioso, dispuesto a luchar por un lugar en la sociedad.


El joven vive con los padres - Sebastião (Sebastião Vasconcelos) y Berenice (Yara Lins) - en Dos Barras, en el interior de Río de Janeiro. Un día, Cristiano se ve envuelto en una pelea con un playboy de la ciudad, Gaston Neves (Marcelo Ibrahim). El playboy tira un cuchillo y, accidentalmente, muere víctima de su propia arma.




Desesperado, Cristiano huye a Río de Janeiro, acompañado por la escultora Simone (Fernanda Torres), la única persona que presenció el enfrentamiento entre los dos muchachos, testigo de la inocencia de Cristiano. Ella se escapa con él, los dos se enamoran y se casan en Río de Janeiro.

Al llegar a la capital carioca con Simone, Cristiano busca al tío Aristides Vilhena (Walmor Chagas), dueño del astillero Celmu SA, y consigue un empleo en la empresa del millonario.

En el pasado, Aristides escogió caminos ilícitos para subir en la vida, pero a pesar de eso, tiene un buen carácter. Esta casado con Laura (Maria Zilda Bethlem) y es el padre de Caio (José Mayer) y de Cyntia (Beth Goulart), fruto de su matrimonio anterior.



A través del tío, Cristiano conoce a Fernanda (Christiane Torloni), una de las accionistas del astillero, mujer que entra en su vida transformándola por completo. Bonita, rica e ingeniosa, Fernanda, que es novia de Caio, se enamora de Cristiano.



Otro personaje que se cruza en el camino del Cristiano es el aprovechado y de mala reputacion, Miró (Miguel Falabella). Miro tiene el pasado marcado por la crueldad: su padre, miserable, lo arrojó en una carretera para que fuera atropellado. Miro, con apenas 5 años, logró sobrevivir y se crió solo, convirtiéndose en una persona amargada.


Sabiendo del interés de Fernanda por Cristiano y percibiendo la ambición del muchacho, Miro lo convence para que rompa la relación con Simone para casarse con Fernanda. Para ello, le hace notar los beneficios que Cristiano tendría con esa unión, lo que le permitiría dejar la vida simple al lado de Simone para convertirse en un accionista del Astillero Celmu SA.


Para dejar el camino definitivamente libre para los dos, Miro planea matar a Simone. Perseguida por el villano en una autopista, ella sufre un accidente de coche y es dada como muerta. Sintiéndose culpable por la muerte de Simone,




Cristiano no es capaz de casarse con Fernanda y la abandona en la puerta de la iglesia. Fernanda, humillada y mentalmente perturbada, pasa a convertir en un infierno su vida.


En el transcurso de la novela, Simone reaparece en la historia como la exitosa artista plástica Rosana Reis. Cuando Cristiano y Rosana se encuentran, ella, creyendo que su marido planeó su asesinato junto a Miro, se niega a revelar su verdadera identidad, dejando a Cristiano desesperado. Él, entonces, decide contarle a la policía que Simone está viva.




El delegado responsable de investigar la desaparición de Marlene (Jacyra Silva), la empleada que estaba en el coche con Simone el día del accidente, llama a la artista plástica para que declarare.


En el caso de Rosales, Rosana termina revelando que es Simone y es acusada por crimen de identidad falsa y por la muerte de Marlene.



Simone no puede creer que Cristiano no planificó su muerte y lo mantiene a distancia, pero él insiste en buscarla. Mientras Simone huye de Cristiano, Miro y Fernanda hacen de todo para perjudicarlo. Ambiciosos, los dos se acercan cada vez más.



Miro seduce a Diva y descubre que Cristiano es el principal sospechoso de la muerte de Gastón, ocurrida al principio de la trama. El villano decide ir detrás de los padres del chico en Dos Barras y revela el paradero de Cristiano, supuestamente el asesino de su hijo.




Paralelamente a eso, Fernanda, junto con Miro, intentan convencer a Caio, con quien ella acabó casándose, de perjudicar a Cristiano en los negocios del astillero. Caio no concuerda con la idea, y Fernanda y Miro buscan otros aliados.

Fernanda también se queda cada vez más cerca de Simone, a quien se acercó cuando la conoció como Rosana Reis. El objetivo de la villana es perjudicar la imagen de Cristiano y separarlo de vez de la escultora, pero, a pesar de resistir, Simone acaba de envolverse nuevamente con su gran amor.



Quien no quiere el acercamiento de la pareja es Chico (Rogério Márcico), padre de Simone, que no confía en el chico. En cierto momento de la historia, Fernanda llega a aliarse a Chico para separar a los dos.


Los padres de Gastón llegan a Río de Janeiro, y Cristiano es acusado por la muerte del chico. Su abogado, Sampaio (Hilton Prado), convence a Simone a fingir que está peleada con Cristiano, pues así su testimonio tendrá más validez. Fernanda, ya dando señales de locura, teme que Cristiano sea absuelto y decide desaparecer con Simone, el único testigo de su inocencia.



Ella coloca un somnífero en su bebida y la esconde en una casa vieja. Todos se preocupan por la desaparición de Simone, mientras ella sufre con las locuras de Fernanda. Cada vez más perturbada, Fernanda obliga a Simone a escribir una carta diciendo a todos que está bien y que sólo regresará a la ciudad después del juicio de Cristiano, pues decidió que ya no quiere ayudarle. Simone se niega a escribir tal carta, y Fernanda la deja presa, sin comida.





Caio comienza a desconfiar que su mujer está involucrada en la desaparición de Simone y pasa a seguirla. Ella percibe el movimiento y decide cambiar el escondite de Simone, llevándola a la casa de su abuela María Amélia (Regina Macedo).



Fernanda, ya enteramente perturbada, olvida de vigilar la casa, y Simone acaba siendo rescatada. Muy débil, en una silla de ruedas, consigue llegar a tiempo al juicio de Cristiano y da su testimonio.


Cristiano es absuelto y finalmente corre hacia los brazos de Simone. Los dos terminan juntos y felices.




Además de Fernanda, que termina la novela loca, Miro también tiene un final trágico. Pedro (Stênio García), morador de un barco que se queda en el astillero Celmu y de quien Cristiano se hizo amigo, cuenta para Caio los armazones de Miro y Fernanda para perjudicar a Cristiano. Caio queda indignado con las revelaciones de Pedro y decide denunciar a los dos a la policía. Miro acaba sufriendo un accidente de coche y muere.




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