SASSARICANDO (1987)







Novela exhibida por Globo en 1987.

Hace 34 años, Aparicio Varela (Paulo Autran) abandono un gran amor en Rio de Janeiro para realizar el sueño de convertirse en millonario. Casándose con la tirana Teodora Abdala (Jandira Martini), heredera de Textiles Abdala, en São Paulo, el lleva una vida de lujo. Preside la fábrica de su mujer, pero no es feliz con la vida que lleva.





Es sumiso, y sufre con los caprichos de su hija, la mimada Fedora (Cristina Pereira), y de las cuñadas, Lucrecia (Maria Alice Vergueiro) y Fabiola (Ileana Kwasinsky).

Al quedar viudo, Aparicio asume la presidencia de la empresa, y el mando de la mansión y decide reconquistar el amor de su antigua enamorada, la estilista Rebeca (Tônia Carrero). Pero las cosas no salen de la forma que él pensaba.  Después de ser rechazado, el empresario decide llevar una vida de “picaflor”.




Además de no desistir del romance con Rebeca, también se propone conquistar a las dos amigas de la estilista, la actriz Leonora (Irene Ravache) y la dueña de casa Penélope (Eva Wilma).



Teodora (Jandira Martini) asumió los Textiles Abdala después de la muerte del padre. Ella era la más responsable de las hermanas y nombro a Aparicio Varela (Paulo Autran) como presidente da fábrica. Más allá de Teodora, Lucrecia (María Alice Vergueiro) y Fabiola (Ileana Kwasinsky) se convirtieron en mujeres amargadas, clasistas y detestadas por los maridos.



Fabiola quedo viuda y ahora intenta controlar la vida de su hijo, Tavinho (Alexandre Lipiani). En el pasado, Lucrecia tuvo un romance secreto con su cuñado, pero se casó con Aprígio, hermano de Aparicio, y es la madre de Camila (Maitê Proença).


Aprígio es funcionario de los Textiles Abdala y su sueño es ocupar el lugar de su hermano en la fábrica.  Finge ser sumiso con su mujer, y frecuenta boîtes y tiene una amante, Brigite (Aldine Muller), secretaria de los Textiles.



Para tomar la presidencia, contrata al bandido Leonardo Raposo (Diogo Vilela) para conquistar a su sobrina Fedora (Cristina Pereira). A pesar de que Aparicio se opone a la relación de su hija, ella se casa con Raposo.
Leonardo decide matar al suegro para quedarse con la fortuna de los Abdala, más acaba explotando por error el avión con su suegra. Con la muerte de Teodora, Aparicio se libra de las ordenes de su mujer y hereda la fábrica. Raposo no desiste de sus planes e intenta eliminarlo de varias formas. El bandido fracasa en todas las tentativas y acaba enamorándose de Fedora.

Viuda y endeudada, Rebeca (Tônia Carrero) vuelve al exterior con la intención de trabajar en los Textiles Abdala. En el día de la entrevista para el empleo, ve a Aparicio Varela (Paulo Autran), el Cicinho, vestido de conserje y se da cuenta de que él no consiguió hacerse rico. El presidente de la fábrica, que había ensuciado su traje, no se lo dice a su ex-novia, la que va camino a un spa.
Allá, Rebeca conoce a Penélope (Eva Wilma) y a Leonora (Irene Ravache).
Recién separada, Penélope es la madre del publicista Beto (Marcos Frota) y no quiere regresar a Belo Horizonte, Minas Gerais, donde vivía con su ex-marido Marcus (Rogerio Fróes). Leonora es una actriz fracasada que suena con el estrellato. En el spa, las tres se hacen amigas y hacen un pacto: una de ellas debe casarse con un millonario.


Juntas, ellas viven en una casa reformada, donde también vive la empleada Dinalda (Stela Freitas), la que espera recibir los salarios atrasados de las patronas.  
En la búsqueda de un marido adinerado, las tres se involucran con Aparicio, pero también tienen otros romances. Rebeca mantiene una relación con un amigo de ella, Ricardo (Carlos Zara), que finge ser el presidente de Textiles. Penélope se enamora de Tadeu (Roberto Bataglin), el mejor amigo de su hijo. Y Leonora tiene um amorío con Apolo (Alexandre Frota) y, en seguida, se enamora de Jorge Miguel (Edson Celulari), o Guel.


Al saber de las intenciones de Rebeca (Tônia Carrero), Aparicio mantiene el disfraz de conserje. Él quiere que ella lo acepte sin saber de su fortuna. El presidente además se disfraza de lord inglés para conquistar a Leonora (Irene Ravache). Para Penélope (Eva Wilma), Aparicio no cambia de identidad. Ninguna de las amigas sabe que están involucradas con el mismo hombre.

La vida de “picaflor” del viudo se ve obstaculizada por Teodora Abdala (Jandira Martini), quien “vuelve” para dificultar los planes de su ex-marido. Teodora es enviada de vuelta del mas allá después de una sesión espiritista. Otra persona que desea complicar la vida de Aparicio es Achid Calux (Lourival Pariz), el millonario árabe escondido bajo la falsa identidad de Boris Zaidan. En el pasado, la familia de Teodora no aprobó la relación de ellos dos. Ella tuvo que dejarlo para casarse con Aparicio. Achid nunca desistió de poner las manos en la fortuna de su ex y usaba la identidad secreta de “Ela”, sigla de “El Achid”. A pesar de intentar perjudicar a su rival, el criminal no lo consiguió y fue asesinado por Leopoldo (Diogo Vilela), yerno de Aparicio.

Aparicio sufre muchas maquinaciones y casi pierde la fábrica. Es entonces cuando decide pedirle ayuda a São Sinfrônio (Cécil Thiré) para encontrar el oro escondido por su suegro. São Sinfrônio aparece y le dice dónde está la fortuna. El recupera los Textiles Abdala, nombra a Ricardo (Carlos Zara) presidente y a Tavinho (Alexandre Lipiani) el vicepresidente. Fedora (Cristina Pereira) decide dejar a su padre en paz y viajar por el mundo con su marido, Leopoldo (Diogo Vilela).


Aparicio deja la vida de “picaflor” y reanuda su amor con Rebeca (Tônia Carrero). Para celebrar la nueva fase de su vida, el hace un crucero con la estilista y también lleva a las amigas Leonora (Irene Ravache) y Penélope (Eva Wilma). Las dos son sorprendidas por sus amados Guel (Edson Celulari) y Tadeu (Roberto Bataglin) los que llegan al navío, respectivamente, en una lancha y en un paracaídas.

Aldonza (Lolita Rodrigues) es una feriante española de personalidad fuerte que esta devastada por la desaparición de su marido, Ricardo de Pádua (Carlos Zara). Ella cree que Aparicio Varela (Paulo Autran), amigo de Ricardo, es el responsable de la desaparición de su marido. Sola, una feriante cría a sus hijos Jorge Miguel (Edson Celulari), conocido como Guel, Constancia (Claudia Raia), conocida como Tancinha, Isabel (Angelina Muniz) y Juana (Denise Milfont).

La vida de la española no es fácil. Ella vive en un cortijo de São Paulo y trabaja con las tres hijas en la feria. Además de eso, paga la supuesta facultad de medicina de Guel. Lo que la madre no se imagina es que su hijo frecuenta una boîte en vez de estudiar en la noche. Además de eso, el joven es agente de la Interpol y cuenta con la ayuda de Aparicio para seguir en la profesión.
Aldonza también no sabe que su marido huyo al exterior. Ricardo no soportaba la vida de casado y decidió vivir fuera de Brasil, pero con eso no deja desamparada a su familia.




Desde otro país, él envía dinero al dueño de los Textiles Abdala para que su amigo hiciese llegar ese dinero a su ex-mujer y sus hijos. A Aparicio no le gustaba la idea y siempre aconsejaba a su amigo que volviese a su casa. Atendiendo a los pedidos del viejo empresario, Ricardo retorna a Brasil y es descubierto por la familia. Al final de la trama, él se reconcilia con a Aldonza y sus hijos.

Un núcleo importante de Sassaricando es la trastocada familia de Aparicio (Paulo Autran), que lo persigue y hace un infierno de su vida. Fedora (Cristina Pereira), conocida como Fefê, hija del viudo, vive entre el amor y el odio con su marido Leonardo Raposo (Diogo Vilela), llamado Leozinho, un asesino profesional que sólo mata a las personas equivocadas.



Lucrecia (María Alice Vergueiro) y Fabiola (Ileana Kwasinski), cuñadas de Aparicio, tienen los ojos puestos en la fortuna dejada por la hermana fallecida, Teodora (Jandira Martini), y también atormentan al sesentón. La misma Teodora Abdala surge del “más allá” para molestar al viudo.


El personaje de Camila (Maitê Proença) también merece ser destacado. Sobrina de Aparicio, es una bien exitosa fotógrafa que se involucra con Jorge Miguel (Edson Celulari)- Guel, hijo de Aldonza (Lolita Rodrigues). Ellos intentan descubrir el secreto de la familia Abdala y además de otros misterios.



Mas, para ayudar a Guel, Camila se involucra con Ricardo de Pádua (Carlos Zara), el padre de su enamorado. Guel, quien, a su vez, termina enamorándose de Leonora (Irene Ravache). Al final de la trama, Guel y Camila se trasforman en amigos y la fotógrafa se va a estudiar al exterior para convertirse en agente de la Interpol.


La hija mayor de Aldonza (Lolita Rodrigues), Constancia (Claudia Raia), conocida como Tancinha, trabaja en la feria al lado de su madre y tiene éxito con sus propias ropas. Es hermana de Guel (Edson Celulari), Isabel (Angelina Muniz) y de Juana (Denise Milfont), es semi-analfabeta, tiene acento italiano, habla mal y está enamorada de su vecino Apolo (Alexandre Frota).


La vida de Tancinha cambia cuando ella conoce a Beto (Marcos Frota). En busca de nuevas ideas, el publicista va hasta la feria y se enamora de ella a primera vista. El joven hace de todo para conquistarla, pero Tancinha se siente dividida entre Apolo y Beto, y sufre con las maquinaciones de su propia hermana, Isabel. Enamorada de Beto, ella intentara separarlo de Tancinha. La villana no lo consigue y es internada en un hospicio.





Al final de la trama, el publicista se muda para el cortijo y se queda con su amada.












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