Guerra dos Sexos, fue una telenovela brasileña producida y transmitida por TV Globo, en el horario de las 19 horas, entre el 6 de junio de 1983 y el 7 de enero de 1984, en 185 capítulos.
Escrita por Sílvio de Abreu, con la colaboración de Carlos Lombardi, la telenovela abordaba, como su nombre indica, los conflictos entre hombres y mujeres. La trama fue dirigida por Jorge Fernando y Guel Arraes.
Trama: Los personajes principales son los de Charlô (Fernanda Montenegro) y Octavio (Paulo Autran), que son primos que crecieron juntos y tuvieron un romance durante la adolescencia. La pasión juvenil, sin embargo, se convirtió en odio mortal.Charlo y Octavio se odian entre sí y hacen todo lo posible para mantenerse lejos el uno del otro. Pero el destino les juega una broma: un tío millonario muere, dejando un legado invaluable para sus amados sobrinos. Conociendo los desacuerdos entre ellos, el tío impone una condición: para quedarse con la fortuna, los dos tendrán que vivir en la misma casa y trabajar en la misma empresa. Aceptan el reto, para tormento de todos los que les rodean.
Charlo y Octavio vuelven a convivir molestándose mutuamente cada dia, iniciando una batalla cómica que le vale escenas hilarantes a la novela. El la llama Cumbuca, apodo que ella aborrece. Ella toma venganza, llamándolo Bimbo, haciéndolo enojar.
Charlô propone a Octavio una apuesta: ella y su personal, en su mayoría mujeres, tendran 100 días para aumentar los beneficios de la cadena de tiendas de ropa heredada por Charlô. Si no puede llegar a la meta, Octavio se convertirá en el único propietario de los activos. Los dados se lanzan, y la guerra de los sexos comienza.
Octavio tiene como aliado a Felipe (Tarcisio Meira), hijo adoptivo de Charlô. Con astucia y trampas, los dos tratan de todos modos de impedir el éxito de la tienda. Charlô, a su vez, cuenta con el apoyo de Vanya (Maria Zilda Bethlem), su brazo derecho en la tienda, y Roberta (Glória Menezes), viuda del empresario Vittorio Leona (Carlos Zara), que dejó a su mujer sola al mando de la fábrica de la pareja, Ravello Deportes, proveedora de artículos de ropa para las tiendas de Charlo.
Las mujeres unen sus fuerzas contra el sexo opuesto y establecen una regla muy importante para la disputa: está estrictamente prohibido participar con los hombres durante los 100 días de la apuesta.
Ellas no contaban, sin embargo, con la traición de Carolina (Lucélia Santos), la ambiciosa sobrina de Roberta, quien está involucrada con Felipe, y lo obliga a romper con Vania, con quien mantenía un romance secreto. Vania descubre las intenciones malvadas de Carolina y lucha para desenmascararla.
Con sabotajes, intrigas y mucha seducción barata, Octavio y Felipe logran derrotar a las mujeres. Charlô no conforme, lleva la disputa a los tribunales.
En este punto, Octavio desaparece misteriosamente, entrando en escena Dominguinhos (también Paulo Autran), un primo portugués de Charlô, ella desconfía pensando que es Octavio queriendo jugarle una broma más. Dominguinhos dice estar enamorado, pero ella lo rechaza. Decepcionado, regresa a Portugal. Una vez que Dominguinhos parte, Octavio reaparece, lo que hace a Charlô tener aún más seguro de que los dos son la misma persona.
Sin embargo, para sorpresa de todos, al final de la novela aparecen en escena Dominguinhos y su esposa, Altamiranda (también Fernanda Montenegro), alegando que tienen derecho a una parte de la finca. La llegada de los primos portuguéses enloquece a Charlo y Octavio, y los cuatro en reñida carrera, terminan destruyendo la mansión dejada por el difunto tío.
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