Lauro Del Corona (Rio de Janeiro, 6 de julho de 1957 — Rio de Janeiro, 20 de julho de 1989) fue un actor brasileño.
Nacio perteneciendo a la clase media de Río, comenzó a trabajar a los 16 años como vendedor en la tienda de su madre. Un año más tarde, empezo su carrera como modelo e hizo las primeras publicidades: en Coca-Cola y en Bob’s, y llamó la atención del director Marcos de Sá.
En 1977, después de actuar en la obra infantil Simbad el Marino, en Río de Janeiro, fue descubierto por Ziembinski, gran maestro de teatro y por Paulo José, uno de los actores más queridos de nuestras artes. Entonces inmediatamente lo invitaron a participar en la Ciranda especial de televisión, Cirandinha.
A partir de ahí, participo en varias telenovelas y películas, habiendo destacado inicialmente en Dancin 'Days (1978), de Gilberto Braga, siendo la pareja del personaje de Glória Pires. Esta novela batio records de audiencia convirtiendose en fervor nacional y por la que ganó el codiciado premio APCA de mejor actor volviéndose una estrella en su debut en la televisión. El actor también apareció en otros grandes éxitos como: Marina, Baila conmigo, Ellas por Ellas, Loco amor, Cuerpo a Cuerpo y El Derecho de amar.
El éxito que Lauro Corona consiguió en la televisión fue tan grande que finalmente lo llevó a las películas y protagonizó El sueño no ha terminado, en 1982, y dos años más tarde hizo Bete Balanco, como pareja romántica del personaje de Débora Bloch, película cuyo tema musical era de Barao Vermelho, cantada por Cazuza. Hubo un rumor generalizado que se extendió de que Cazuza y Lauro eran primos, tanto por su increíble parecido físico como también porque eran de la misma edad y habían muerto de la misma enfermedad, pero la información no era correcta, ya que no hay parentesco entre ellos.
Laurinho como fue llamado por sus colegas, era un gran amigo de la actriz Gloria Pires. Estimado por todo el mundo del arte, fue por unanimidad de sus compañeros de trabajo y por el público en general su coronación como el galán de las seis, horario reservado para historias de amor y de contenido liviano.
Su popularidad fue tal que mereció hasta un episodio en Caso Especial con el título: El día que secuestraron a Lauro Corona. También logro cierto éxito como cantante y presentador del programa Globo de oro en los años 80. Algunas de las canciones: No se vivir sin mi Rock, El Cielo por un beso y Tengo que demostrar.
Lauro también hizo una miniserie, Memorias de un gigoló en 1986 y fue considerada por la crítica como una de sus mejores actuaciones ante las cámaras.
Su última telenovela fue Vida Nueva, de 1988, en el papel de un portugués inmigrante que estaba saliendo con una Judía brasileña, interpretada por Deborah Evelyn.
Fue uno de los galanes más queridos de la historia de la TV brasileña y uno de los mejores actores de toda una generación.
Fue una de las primeras personalidades brasileñas en morir por complicaciones del virus del SIDA. Su personaje en la telenovela Nueva Vida tuvo un apresurado final con un viaje a Israel, por causa de la enfermedad del actor. La última escena mostraba un coche negro saliendo en una noche lluviosa, al son de un poema de Fernando Pessoa, declamado en off por el propio actor.
El certificado de defunción del actor menciona como causas de muerte complicaciones tales como infecciones respiratorias, septicemia, infecciones oportunistas, miocarditis, insuficiencia renal aguda y hemorragia gastrointestinal. En ningún momento se mencionó la palabra SIDA, reforzando la conducta adoptada por el joven galán de las telenovelas de Globo y por su familia en sus últimos meses de vida: el negar con vehemencia la enfermedad. Lauro Corona no comento a sus amigos que era portador del virus, ni aceptaba su condición - trataba los síntomas de sus dolencias con la homeopatía.
Los rumores de que estaría con SIDA surgieron en enero de 1989 cuando el actor pidió el alejamiento de la telenovela Nueva Vida, en la que fuera el protagonista, aduciendo fatiga. Regresó dos meses después, con muchos kilos menos y con una visible pérdida de cabello. Poco después se trasladó a casa de sus padres, aislándose incluso de sus amigos. Cuando su estado de salud empeoró, fue internado, pero sus padres prohibieron a la Clínica San Vicente de Gavea dar cualquier información a la prensa sobre el estado de salud de su hijo.
Lauro Corona murió después de nueve días hospitalizado en la Clínica San Vicente, y fue enterrado en el cementerio de San Juan Bautista, en Río de Janeiro.
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